En la ciudad de Nueva York, el viernes tuvo lugar una nueva protesta en el Museo Whitney, en la que los activistas exigieron la remoción de Warren Kanders, director ejecutivo de la empresa fabricante de gas lacrimógeno Safariland, de la junta del museo. La manifestación, que tuvo lugar en la inauguración de la prestigiosa Bienal de la institución, fue la culminación de nueve semanas de acciones protagonizadas por una coalición de agrupaciones activistas que denunciaron el papel de Safariland en la represión de movimientos populares, entre ellos en Standing Rock, Ferguson y Palestina, así como el uso de gases lacrimógenos contra familias migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México. El mes pasado, 48 artistas que participaron en la Bienal firmaron una carta en la que exigían la remoción de Warren de la junta del museo. Algunas agrupaciones presentes en la protesta realizada el viernes también se manifestaron en contra del papel de las instituciones culturales en la gentrificación de la ciudad de Nueva York. Las siguientes son las palabras de la activista Betty Yu.
Betty Yu expresó: “Mi nombre es Betty Yu y soy cofundadora de la Brigada de Arte de Chinatown. La razón por la que estamos aquí en el [museo] Whitney es que estamos haciendo una conexión clara entre aquellos que se han beneficiado de la guerra y quienes se han beneficiado del desplazamiento masivo. Así que, concretamente, cuando abrieron [el museo] Whitney y [el parque] High Line que se encuentra detrás de mí, muchas galerías ubicadas en el Meatpacking District se mudaron a Chinatown. Tenemos 120 galerías que ahora están en el distrito de Chinatown, que están siendo utilizadas por desarrolladores de bienes raíces, lo que llamamos el ‘complejo inmobiliario industrial’, para enfrentar a los recién llegados y gentrificadores contra los residentes de larga data. Ambos, [galerías y nuevos residentes] son utilizados como caballos de Troya para aumentar el valor de los bienes raíces y luego desplazar a los inquilinos y residentes de Chinatown”.