En Hong Kong, la policía utilizó gas lacrimógeno y balas de goma el domingo, cuando los manifestantes tomaron nuevamente las calles, reclamando que se inicie una investigación sobre los abusos policiales cometidos contra los manifestantes y la retirada del controvertido proyecto de ley de extradición, junto con otras reformas en favor de la democracia.
En la noche del domingo, hombres enmascarados irrumpieron en una estación de metro y atacaron a decenas de pasajeros, entre los que se encontraban muchos manifestantes que regresaban a sus hogares, así como mujeres y niños. Según informes, aproximadamente 45 personas resultaron heridas cuando los presuntos pandilleros golpearon con varas a los pasajeros. Líderes de la oposición y organizadores de la manifestación criticaron a la policía de Hong Kong tras el ataque; uno de los organizadores de la manifestación afirmó: “Mientras la policía utilizaba innecesariamente gas lacrimógeno contra los manifestantes… al otro lado, en el distrito de Yuen Long, había verdaderos matones que perseguían y golpeaban a transeúntes, periodistas y legisladores. Esto es indignante”.