Se reanudaron los vuelos en el Aeropuerto Internacional de Hong Kong después de que fuera cerrado durante dos días debido a las protestas de manifestantes a favor de la democracia que ocuparon y tomaron el control de las instalaciones. El martes se produjeron nuevos enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas policiales, con un saldo de varios detenidos. Dos hombres sospechosos de ser policías encubiertos de China continental fueron golpeados por un grupo de manifestantes. Uno de los hombres resultó ser reportero del periódico Global Times, propiedad del Partido Comunista Chino.
Algunos de los manifestantes se disculparon el miércoles por el trastorno generado por la ocupación del aeropuerto. Una publicación en un canal de mensajería que fue muy difundida decía: “Pedimos disculpas por nuestro comportamiento, pero estamos muy asustados. Nuestra policía nos disparó, el Gobierno nos traicionó, las instituciones sociales nos fallaron. Por favor, ayúdennos”.
Carrie Lam, jefa ejecutiva de Hong Kong alineada con Pekín, advirtió el martes que las protestas están “llevando a Hong Kong a un camino sin retorno”, mientras que China condenó las manifestaciones en el aeropuerto como “actos casi terroristas”.
Mientras tanto, se comenzaron a difundir fotos que muestran tanques militares chinos alineados en Shenzhen, cerca de la frontera de Hong Kong, aumentando el temor de una posible represión militar. El periódico oficial del Estado chino, el Diario del Pueblo, publicó una declaración diciendo que la Policía Armada del Pueblo Chino está lista para contrarrestar “revueltas, disturbios, violencia grave y cuestiones de seguridad pública relacionadas con el crimen y el terrorismo”.
El martes, el presidente estadounidense, Donald Trump, tuiteó: “Los servicios de inteligencia nos han informado que el Gobierno chino está moviendo tropas a la frontera con Hong Kong. ¡Todos deben estar tranquilos y seguros!” El senador demócrata de Connecticut Chris Murphy tuiteó en respuesta: “Esto no es política exterior”.
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