Purdue Pharma ha llegado a un acuerdo tentativo con varios gobiernos estatales, locales y tribales sobre el papel de la compañía en el fomento de la crisis de opiáceos en Estados Unidos. Según los detalles que se conocieron del acuerdo, la familia Sackler, propietaria de Purdue, pagaría personalmente 3.000 millones de dólares en efectivo más otros 1.500 millones de dólares después de que se complete la venta pendiente de una compañía subsidiaria. Purdue se declararía en bancarrota conforme con el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras y se disolvería, antes de volver a formarse para seguir vendiendo productos farmacéuticos, incluido el opioide OxyContin. Las ganancias se usarían para pagar a los demandantes. Algunos fiscales han prometido oponerse al trato. Josh Shapiro, fiscal general del estado de Pensilvania, dijo en una declaración: “Este aparente acuerdo es una bofetada para todos los que han tenido que enterrar a un ser querido debido a la codicia y a la destrucción sembrada por esta familia. El acuerdo permite que la familia Sackler siga siendo multimillonaria y no admita haber actuado mal”.
Los Sackler seguirían siendo multimillonarios y no admitirán haber tenido conductas indebidas según el acuerdo judicial provisorio sobre opioides
Titular12 Sep. 2019