Miles de ciudadanos egipcios tomaron el viernes y el sábado las calles de El Cairo y otras grandes ciudades para exigir la renuncia del presidente Abdel Fattah el-Sisi, por acusaciones de corrupción gubernamental. Las manifestaciones fueron desencadenadas por publicaciones hechas en las redes sociales, en las que se acusaba a Sisi y a otros funcionarios de malversación de fondos públicos. La policía y las fuerzas de seguridad utilizaron gas lacrimógeno y arrestaron a varios cientos de manifestantes, según informes locales. Las protestas han estado efectivamente prohibidas en Egipto desde que Sisi llegara al poder tras el derrocamiento del expresidente Mohamed Morsi, acaecido en 2013, y pusiera en marcha una campaña de represión generalizada contra la disidencia. El domingo, las autoridades egipcias detuvieron a la destacada abogada de derechos humanos Mahienour el-Masry, quien está defendiendo a algunas de las personas arrestadas durante las manifestaciones. Anteriormente, El-Masry fue encarcelada y juzgada en dos oportunidades por participar en protestas antigubernamentales.
El presidente egipcio hablará este lunes ante la Organización de las Naciones Unidas en el marco de la Cumbre de Acción Climática en Nueva York, y esta semana ante la Asamblea General de Naciones Unidas. El periódico The Wall Street Journal informó recientemente que, mientras esperaba que el presidente Sisi llegara a una reunión durante la cumbre del G7 del mes pasado, Trump gritó: “¿Dónde está mi dictador favorito?”.