El presidente estadounidense, Donald Trump, emitió una orden ejecutiva que amplía su poder para contratar y despedir con facilidad a decenas de miles de trabajadores federales. Los dirigentes sindicales de los empleados federales han condenado la orden ejecutiva, argumentando que es “el ataque más directo contra la función pública que hemos visto en nuestra vida” y el mayor cambio a las protecciones de la fuerza laboral federal en por lo menos el último siglo. La orden permitiría que el presidente tome medidas enérgicas contra sus críticos, por ejemplo, los funcionarios de salud pública que denuncian el manejo de la pandemia de coronavirus por parte del Gobierno.
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