Los casos de COVID-19 continúan multiplicándose en la Cárcel del Condado de Cook, en la ciudad de Chicago, donde los individuos recluidos en la unidad médica de la cárcel son especialmente vulnerables al contagio. En entrevistas telefónicas recientemente grabadas y publicadas por el periódico South Side Weekly, seis reclusos manifestaron que habían empeorado las condiciones sanitarias y de salud y habían perdido acceso a los chequeos médicos de rutina.
“Mike” sostuvo: “Es difícil mantener la distancia entre nosotros, porque estamos en un dormitorio y somos 39 personas. Y hay muchos reclusos que tosen y tienen fiebre. Y prácticamente hay que estar a punto de morir para que te brinden atención médica”.