En Nicaragua, un portavoz del Ministerio de Salud dice que es poco probable que el presidente Daniel Ortega ordene a los residentes que se queden en sus casas o que practiquen medidas estrictas de distanciamiento social para combatir el coronavirus. Decenas de miles de nicaragüenses permanecen en sus hogares voluntariamente, después de que se informara de la primera muerte relacionada con la COVID-19 y de al menos cinco casos confirmados.
En el vecino país de El Salvador se han reportado dos muertes entre casi 50 casos confirmados, pero la realización de pruebas sigue siendo extremadamente limitada. Los residentes de las comunidades rurales en El Salvador están luchando por obtener información sobre la pandemia, y los portavoces de la salud advierten que muchas personas no tienen acceso a hospitales u otros recursos médicos.