La cifra oficial de muertes por COVID-19 en Estados Unidos asciende a más de 176.000, con más de 5,7 millones de contagios registrados. El domingo, la Administración de Alimentos y Medicamentos del país emitió una autorización de uso de emergencia del plasma sanguíneo en el tratamiento de la COVID-19 y sostuvo que “los beneficios conocidos y potenciales del producto superan sus riesgos conocidos y potenciales”. Más de 70.000 pacientes ya han sido tratados con plasma de pacientes recuperados. La noticia llegó solo un día después de que el presidente Donald Trump acusara a la Administración de Alimentos y Medicamentos de retrasar la aprobación de las vacunas contra la COVID-19 y de ser parte del “Estado profundo”, sin ofrecer ninguna evidencia. Algunas de las principales autoridades de salud, entre ellas el asesor sobre coronavirus de la Casa Blanca, el doctor Anthony Fauci, han planteado que los datos del estudio del plasma sanguíneo aún eran demasiado escasos, sin la realización de estudios aleatorios, como para otorgar la aprobación de la agencia gubernamental.
Esto se produce en medio de una creciente preocupación a causa de brotes de la enfermedad registrados en centros educativos de todo el país, al tiempo que, hasta el momento, al menos tres docenas de estados han reportado casos en campus universitarios.
Mientras tanto, el medio ProPublica informa que empresas empacadoras de carne —otra fuente importante de brotes de COVID-19— fueron periódicamente advertidas sobre la posibilidad de una pandemia a partir de 2006, pero los ejecutivos ignoraron, y en algunos casos se burlaron, de las recomendaciones para manejar una.
En la ciudad de Nueva York, el viernes se llevó a cabo una protesta bajo el lema “Marcha por los muertos”, para conmemorar las más de 175.000 vidas perdidas hasta el momento en el país.
Manifestantes: “¡Lucha por los vivos! ¡Marcha por los muertos!”.
Familiares de víctimas de COVID-19 criticaron a Trump por su manejo inadecuado de la pandemia, mientras marchaban por el puente de Brooklyn hacia el edificio Trump en la zona del Bajo Manhattan.
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