Los eventos de la investidura presidencial de Estados Unidos se llevaron a cabo el miércoles en Washington D. C., ciudad que se encuentra fuertemente custodiada y cerrada. Doce miembros de la Guardia Nacional del Ejército fueron retirados de sus funciones relacionadas con la toma de posesión mientras se los investiga para garantizar que no tengan vínculos con grupos u opiniones extremistas. Dos de los soldados que fueron removidos de la ceremonia enviaron mensajes de texto o hicieron publicaciones en las redes sociales en las que amenazaban a legisladores.
Mientras las autoridades continúan identificando y arrestando a los alborotadores que participaron en la insurrección del 6 de enero en el Capitolio de Estados Unidos, fiscales presentaron el martes cargos de conspiración contra tres miembros del grupo militante de extrema derecha Oath Keepers, ya que alegan que contribuyeron a planear y coordinar el ataque. Según documentos judiciales, uno de los miembros, Thomas Edward Caldwell, recibió un mensaje de Facebook durante el ataque en el que podía leerse lo siguiente: “Todos los miembros están en los túneles debajo del Capitolio. Enciérrenlos. Tiren gas”.
Mientras tanto, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, quien pronto será el líder de la minoría, criticó a Trump y a los insurrectos en el último día completo de la presidencia de Trump.
Líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell: “Alimentaron a la turba con mentiras. El presidente y otras personas en el poder los provocaron”.
McConnell y el principal funcionario republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, asistieron a un servicio religioso con Joe Biden en víspera de la investidura presidencial, junto con los dirigentes demócratas del Congreso Chuck Schumer y Nancy Pelosi.
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