El presidente Biden y otros jefes de Estado viajaron a la ciudad escocesa de Glasgow después de asistir a la cumbre del G20 celebrada este fin de semana en Italia, donde los líderes mundiales acordaron establecer una tasa mínima de impuestos corporativos del 15%. El acuerdo también genera ingresos adicionales para la mayoría de los países y traslada las ganancias a los países donde las empresas venden sus productos a los consumidores, en vez de los lugares donde se ubica su sede. Estudios indican que el acuerdo beneficiará más que nada a países de altos ingresos, incluido Estados Unidos.
En el frente climático, los miembros del G20 acordaron trabajar para poner fin al financiamiento de centrales de carbón en el extranjero y se comprometieron a “hacer esfuerzos” para limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales, en consonancia con el Acuerdo de París, pero no asumieron iniciativas firmes para alcanzar esa meta. Algunos activistas llevaron a cabo protestas en Roma durante el fin de semana.
Edoardo Mentrasti: “Estamos llevando a cabo una manifestación sobre temas medioambientales y sociales y contra el G20, que sigue impávido en un camino que casi nos lleva al fracaso social y ecológico”.
Los miembros del G20 también respaldaron una extensión de las medidas establecidas para ayudar a los países pobres a pagar sus deudas y se comprometieron a vacunar contra la COVID-19 al 70% de la población mundial para mediados del próximo año. Los países del G20 han recibido una cantidad de vacunas tres veces más alta que las dosis por persona distribuidas en todos los demás países juntos y 15 veces más alta que las dosis por persona distribuidas en los países del África Subsahariana.