Durante la pandemia de coronavirus, la tasa de mortalidad de personas negras y latinas en Estados Unidos ha sido más alta que la de la población blanca. Ahora, sin embargo, nuevos datos muestran que las tasas de vacunación de estos mismos sectores son mucho más bajas que las de la gente blanca. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) informan que más del 60% de las personas vacunadas son blancas, mientras que solo el 11,5% son latinas, el 6% asiáticas y poco más del 5% negras. Los datos de los CDC se basan en información recopilada durante el primer mes de la campaña de vacunación en EE.UU., en el que casi trece millones de estadounidenses recibieron una vacuna pero solo se pudo conocer la raza y el origen étnico de aproximadamente la mitad de las personas vacunadas. Las personas negras y latinas siguen enfrentando un riesgo desproporcionado de contraer COVID-19 en sus lugares de trabajo desempeñando tareas esenciales. Además, tienen más probabilidades de padecer enfermedades preexistentes. “Esta situación ilustra unos 150 años de negligencia sanitaria”, dice el Dr. David Hayes Bautista, director del Centro para el Estudio de la Salud y la Cultura Latina de la Facultad de Medicina de UCLA. “Estas disparidades no aparecieron repentinamente hace nueve meses al comienzo de la pandemia. Estas disparidades se han ido construyendo, decisión tras decisión”.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con David Hayes Bautista.