En Birmania, las protestas multitudinarias continuaron el lunes después de que al menos 18 personas murieran el domingo en las manifestaciones antigolpistas, el día más mortífero desde el golpe militar del 1 de febrero en el que se depuso y detuvo a la líder de facto Aung San Suu Kyi. La policía disparó munición real contra las multitudes al tiempo que las fuerzas birmanas intensifican la represión contra los manifestantes. Un grupo local dice que 1.000 personas fueron arrestadas el domingo, incluidos periodistas y profesionales médicos. El derramamiento de sangre del domingo se produjo después del despido del embajador de Birmania ante Naciones Unidas, quien había criticado el golpe de Estado militar. Estas fueron las palabras expresadas por Kyaw Moe Tun.
Kyaw Moe Tun: “La comunidad internacional debe tomar las medidas más enérgicas posibles para poner fin al golpe militar de inmediato, dejar de oprimir a gente inocente, devolver el poder al pueblo y restaurar la democracia”.