El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció que su Gobierno expandirá el límite de su arsenal nuclear, aumentando el número de ojivas nucleares Trident en más de un 40%. La medida pone fin a tres décadas de un desarme nuclear gradual en el país.
Mientras tanto, en Estados Unidos, un nuevo informe de la Federación de Científicos Estadounidenses revela que existen planes para construir un nuevo misil nuclear de 100 mil millones de dólares. El proyecto ha sido impulsado por grupos de presión industriales y políticos cuyos estados obtendrían un beneficio económico por el proyecto, a pesar de las objeciones por parte de líderes militares y civiles con respecto al costo y la falta de relevancia para la seguridad nacional que un “arma de la era de la Guerra Fría” representa. El costo de construir y mantener el misil disuasivo estratégico terrestre podría ascender a 264 mil millones de dólares en las próximas décadas y sería construido por el contratista militar Northrop Grumman con la ayuda de la empresa armamentista Lockheed Martin, entre otras.