El miércoles Brasil informó de más de 1.900 muertes por la COVID-19, batiendo así el número récord que se registró en el país solo un día antes. Brasil ha superado el cuarto de millón de muertes, la segunda cifra más alta de muertes por coronavirus después de Estados Unidos. Una variante del coronavirus que se propaga fácilmente y que saturó el sistema de salud en la ciudad amazónica de Manaos se ha extendido a otras partes de Brasil y se ha identificado en al menos otros veinte países, incluido Estados Unidos. La variante aparenta tener más posibilidades de reinfectar a las personas que ya han tenido la enfermedad. São Paulo, el estado más poblado de Brasil, impondrá medidas de confinamiento durante dos semanas. El gobernador de São Paulo, João Doria, culpó al presidente Jair Bolsonaro de la creciente crisis y dijo: “Esto es culpa suya. Es por su negacionismo de la pandemia”.
Mientras tanto, las vacunas que se distribuyen bajo el programa Covax han llegado a nuevos países africanos esta semana, incluidos Kenia, Nigeria, Senegal, Ruanda y Sudán. Hasta ahora, se han entregado unas 10 millones de dosis a 14 países como parte del mecanismo Covax, una iniciativa que ayuda a las naciones menos ricas a adquirir vacunas.