El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos anuncia que dejará de encarcelar inmigrantes en dos centros de detención de migrantes que están bajo investigación federal por denuncias de abusos: uno en el condado de Bristol, en el estado de Massachusetts y, el otro, en el condado de Irwin, en el estado de Georgia. Los inmigrantes que están detenidos en la cárcel del condado de Bristol afirman que los guardias los atacaron con gas pimienta y usaron perros de ataque durante una manifestación que los reclusos realizaron en 2020 en reclamo de más medidas de protección contra la COVID-19. Mientras tanto, decenas de mujeres inmigrantes encarceladas en el centro de detención del condado de Irwin sostienen que fueron sometidas, sin sus consentimientos, a procedimientos ginecológicos invasivos, incluidas histerectomías, que luego se descubrió que eran innecesarios.
Los activistas en defensa de los derechos de los inmigrantes han recibido con satisfacción la noticia de que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas rescindirá los contratos con esos centros de detención. Silky Shah, directora ejecutiva de la organización Detention Watch Network, dijo: “Sabemos que este es el primer paso de muchos que se deben seguir, incluido el de garantizar que las personas sean liberadas y no trasladadas a otros centros de detención cuando se rescindan los contratos. […] Todos los inmigrantes deberían tener la posibilidad de esperar la resolución de sus casos en sus hogares y en sus comunidades, no tras las rejas en un centro de detención de inmigrantes”.
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