Naciones Unidas advierte que más de las tres cuartas partes de los hogares en el Líbano no tienen suficiente comida o dinero para comprar alimentos, al tiempo que siguen agravándose las crisis sociales, políticas y económicas en el país. La recesión y la inflación devastadoras han llevado a la moneda libanesa a perder el 90% de su valor, lo que sumergió en la pobreza a más de la mitad de la población, que ahora se enfrenta a una gran escasez de alimentos y combustibles. El Banco Mundial dice que la situación en el Líbano es una de las peores depresiones económicas de la historia moderna. La Unión Europea amenazó con imponer sanciones en junio si los líderes del país no lograban formar rápidamente un nuevo Gobierno y promulgar reformas. El primer ministro interino libanés, Hassan Diab, quien renunció a su cargo luego de la trágica explosión en el puerto de la ciudad de Beirut en agosto de 2020, hizo otra grave advertencia esta semana.
Primer ministro Hassan Diab: “Pido a Naciones Unidas, a todos los organismos internacionales, a la comunidad internacional y a la opinión pública mundial que ayuden a salvar al pueblo libanés de la muerte y evitar la caída del Líbano. El Líbano está a pocos días de una explosión social. Los libaneses enfrentan este oscuro destino a solas”.