Los primeros aviones con ayuda humanitaria llegaron hoy a Tonga, cinco días después de que una poderosa erupción volcánica cubriera de ceniza el país insular del Pacífico Sur, lo que destruyó viviendas y provocó la muerte de al menos tres personas. Olas de hasta 15 metros azotaron partes del archipiélago y se emitieron advertencias de tsunami en lugares tan lejanos como el oeste de Estados Unidos. Los aviones con ayuda humanitaria, provenientes de Nueva Zelanda y Australia, finalmente pudieron aterrizar en Tonga luego de que las pistas de aterrizaje, que estaban cubiertas con unos diez centímetros de ceniza volcánica, fueran despejadas. Los suministros de emergencia llegan cuando decenas de miles de personas se enfrentan a la escasez de agua potable. Las autoridades afirman que están tomando precauciones adicionales para evitar que la COVID-19 se propague a las islas de Tonga ante la llegada de los trabajadores humanitarios. Hasta la fecha, Tonga ha conseguido esquivar la pandemia. A medida que se restauran las líneas de comunicación en el archipiélago, sus residentes han podido compartir con el mundo la devastación causada por la erupción del sábado y sus consecuencias. Estas fueron las palabras expresadas por la periodista local Marian Kupu.
Marian Kupu: “Cuando ocurrió la primera explosión, nuestros oídos zumbaban y ni siquiera podíamos escucharnos. Solo podíamos hacer señas a nuestros familiares para que se levantaran y se prepararan para correr y dejar el lugar. Y eso es lo que hicimos”.