El primer ministro civil de Sudán, Abdalla Hamdok, dimitió el domingo y advirtió que los líderes militares de Sudán están bloqueando la transición a un Gobierno que sea completamente civil. El Gobierno militar depuso a Hamdok en un golpe de Estado militar el 25 de octubre y luego lo restituyó a su cargo en noviembre. La dimisión de Hamdok del domingo se produjo al tiempo que soldados sudaneses mataron a tres personas que protestaban para exigir el fin del régimen militar, lo que elevó a por lo menos 57 el número total de muertes en las manifestaciones antigolpistas. Los manifestantes tienen la esperanza de derrocar a la dictadura militar de Sudán de la misma manera que obligaron al gobernante Omar al-Bashir a dejar el poder en 2019.
Shamaeal al-Nour: “La comunidad internacional apoyaba a Omar al-Bashir en los últimos días de su Gobierno, y no se esperaba que cada vez más personas salieran a las calles y que las protestas se convirtieran en una revolución popular. Al final, al-Bashir sucumbió a las manifestaciones. Creo que el papel de la comunidad internacional viene después de las manifestaciones del pueblo. La comunidad internacional no tiene la última palabra”.