Brasil celebrará este domingo la segunda vuelta de las elecciones presidenciales entre el actual presidente de extrema derecha, Jair Bolsonaro, y el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva. Las encuestas muestran que Lula cuenta con una ligera pero consistente ventaja en la intención de voto de la ciudadanía brasileña. Antes de las elecciones, el hijo mayor de Bolsonaro, el senador del estado de Río de Janeiro Flávio Bolsonaro, afirmó que su padre fue víctima del “mayor fraude electoral de la historia”. Los intentos de la familia Bolsonaro y sus aliados de sembrar dudas sobre las elecciones han avivado los temores de que Bolsonaro intente dar un golpe de Estado si pierde. Esas preocupaciones aumentaron esta semana después de que las autoridades de Río de Janeiro acusaron a un exdiputado y aliado de Bolsonaro de intento de asesinato, luego de que atacara este domingo a agentes de la Policía Federal con un rifle y una granada cuando estos intentaban arrestarlo. Desde entonces, Bolsonaro ha tratado de distanciarse del exdiputado Roberto Jefferson, a pesar de que ambos aparecen riendo y sonriendo juntos en varias fotografías tomadas en 2020.
Mientras tanto, algunos ambientalistas temen lo que una victoria de Bolsonaro podría significar para la crisis del cambio climático.
Marcio Astrini: “Lo que decidirán los brasileños en las urnas es mucho más que un cambio de presidente. Son unas elecciones fundamentales para el futuro de nuestro país. Elegiremos si nos quedamos con la democracia o no; tendremos que elegir si mantenemos viva la Amazonia o si mantenemos a Bolsonaro [en el poder]. Es una elección entre esas dos opciones. No va a ser posible mantener ambas opciones al mismo tiempo”.
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