En la ciudad estadounidense de Uvalde, en el estado de Texas, cientos de personas asistieron este miércoles al funeral de Irma y Joe García. Irma fue asesinada junto con otra docente y 19 escolares la semana pasada en la escuela primaria Robb por un adolescente armado con un rifle de asalto. Dos días después del asesinato de Irma, su esposo Joe murió de un infarto. La pareja deja cuatro hijos huérfanos.
El funeral se produjo al tiempo que aumenta la indignación por la respuesta policial al tiroteo, ya que los agentes esperaron más de una hora para ingresar al salón de clases donde ocurrió la masacre. El miércoles se supo que el jefe de policía del distrito escolar de Uvalde, Pete Arredondo, le ordenó a un equipo de agentes de la Patrulla Fronteriza que no ingresaran al salón de clases donde el atacante había matado a 21 personas. Los agentes finalmente desacataron la orden y enfrentaron y mataron al agresor. El Departamento de Seguridad Pública de Texas afirma que Arredondo se niega a cooperar con la investigación que están llevando a cabo. Por su parte Arredondo le dijo a la cadena de noticias CNN que hablará sobre la masacre cuando “las familias dejen de llorar [a sus muertos]”.