La Casa Blanca afirmó que está realizando un rastreo de contactos para advertir a las personas que tuvieron contacto cercano con Biden en los últimos días y que estén en riesgo de contraer la COVID-19, pero no informó cuántas personas podrían verse afectadas. Durante la última semana, Biden intercambió apretones de manos con altos funcionarios israelíes en Jerusalén; saludó con el puño al príncipe heredero saudí, Mohammed Bin Salman, en la ciudad de Yeda, Arabia Saudí; y viajó al estado de Massachusetts junto con John Kerry y la senadora Elizabeth Warren para promover el uso de energías limpias. Tanto en estas recientes apariciones públicas como en otras que realizó en los últimos meses, Biden se ha negado constantemente a usar mascarilla. El jueves, el coordinador del equipo de respuesta al coronavirus del Gobierno estadounidense, el doctor Ashish Jha, defendió los protocolos de seguridad de la Casa Blanca.
Dr. Ashish Jha: “Siempre dijimos que [el contagio] era una posibilidad. Creo que lo dije incluso desde este mismo escenario. Pienso que los protocolos [contra el coronavirus] habían evitado [hasta el momento] que [el presidente Biden] contrajera la enfermedad. Sin embargo, con esta variante increíblemente contagiosa sabíamos que eso era una posibilidad”.
Biden cumplirá 80 años poco después de las elecciones de mitad del mandato que se celebrarán en noviembre. Incluso en personas jóvenes completamente vacunadas, la COVID-19 puede causar efectos a largo plazo que aún no se conocen bien, como problemas neurológicos y de salud mental, daños cardiovasculares, inflamación y cansancio. Mientras tanto, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, que es la segunda persona en la línea de la presidencia, planea desempeñar sus funciones normalmente esta semana, a pesar de que se la considera un contacto cercano de Biden. Todo esto ocurre en medio de otra ola de casos de COVID-19 en Estados Unidos, impulsada por la subvariante BA.5 de ómicron, que está causando un promedio de 3.000 muertes por semana.
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