La Corte Penal Internacional ha condenado a un exlíder de una milicia sudanesa por el papel que desempeñó en las ejecuciones, violaciones y torturas en masa que se llevaron a cabo en la región de Darfur, hechos que constituyen crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad. Ali Muhammad Ali Abd-Al-Rahman, también conocido como Ali Kushayb, era un comandante de la milicia Janjaweed cuando estalló el conflicto de Darfur hace más de 20 años. El Gobierno del entonces presidente, Omar al-Bashir, respondió al levantamiento rebelde con una táctica de tierra arrasada, que incluía bombardeos aéreos e incursiones militares atroces en diferentes localidades de la región por parte de miembros de la milicia Janjawee. Se estima que hasta 300.000 personas han muerto y más de dos millones han sido desplazadas debido a dicho conflicto a lo largo de los años. Al-Bashir ha sido acusado por la Corte Penal Internacional de delitos que incluyen actos de genocidio y, actualmente, permanece en una prisión de Sudán que es administrada por las fuerzas armadas sudanesas. La jueza que preside el tribunal, Joanna Korner, explicó el veredicto emitido el lunes.
Jueza Joanna Korner: “El tribunal está convencido, más allá de toda duda razonable, de que el acusado es culpable de los delitos de los que se lo acusa. El veredicto de este tribunal es unánime”.






