La crisis humanitaria de Gaza se ha agravado tras once días consecutivos de incesantes ataques israelís contra el sitiado territorio palestino. Las autoridades sanitarias afirman que los ataques aéreos y bombardeos más recientes de Israel, incluidos los ataques que fueron lanzados contra la ciudad de Rafah y contra tres viviendas de la ciudad de Jan Yunis, se cobraron la vida de al menos 71 personas. Asimismo, los ataques que se produjeron en el sur de la Franja de Gaza mataron e hirieron a civiles que habían seguido la orden de Israel de evacuar la mitad norte del territorio palestino.
Desde el 7 de octubre, los bombardeos que Israel ha lanzado sobre Gaza se han cobrado la vida de más de 2.800 personas, más de un tercio de las cuales son menores, una cifra que no incluye a unos 1.000 palestinos adicionales que se encuentran atrapados bajo los escombros de las viviendas y negocios que han sido destruidos durante los ataques. Dado que no se permite el ingreso de agua a la Franja de Gaza y no se dispone de combustible para hacer funcionar las plantas desalinizadoras, los residentes del enclave se han visto obligados a recurrir al único acuífero que hay en el territorio, que está contaminado con aguas residuales y agua de mar. Asimismo, crece el temor por la propagación de enfermedades al tiempo que la basura se acumula y no es posible tratar las aguas residuales.
La ONU informa que, de los 23 hospitales que hay en Gaza, 20 solo funcionan parcialmente, con una escasez crítica del combustible requerido para hacer funcionar los generadores que mantienen en funcionamiento dispositivos médicos vitales. Por otro lado, se han acabado los analgésicos y los bancos de sangre se están agotando. La Organización Mundial de la Salud afirma que entre las personas que corren mayor riesgo en Gaza se encuentran 84.000 mujeres embarazadas.
En la tarde del martes, el único paso fronterizo que conecta Egipto y la Franja de Gaza, que se encuentra ubicado en la ciudad de Rafah, permanecía cerrado, mientras Israel sigue negando el ingreso al territorio palestino a una caravana de camiones con ayuda humanitaria que se encuentran alineados en el lado egipcio de la frontera. Estas fueron las palabras expresadas por Mariam, una niña palestino-británica cuya familia lleva días intentando escapar de Gaza.
Mariam: “Tengo mucho miedo. Todo el tiempo pienso que podría morir en Gaza a causa de una bomba, eso no es algo bueno. Por ejemplo, a donde quiera que voy, huyo, y simplemente encuentro bombas y gente muerta. Y quizás algún día acabe como ellos. Pero eso es algo que me da mucho miedo”.
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