
Al menos una docena de personas han muerto en Gaza por el impacto de las tormentas de invierno en los campamentos donde las personas palestinas desplazadas se ven obligados a refugiarse, entre los escombros de edificios derrumbados, severamente dañados, por los bombardeos israelíes. Ahora, esos escombros están en la mira de contratistas con sede en Estados Unidos, que ya están compitiendo por lucrativos contratos para reconstruir Gaza de sostenerse el acuerdo de alto el fuego negociado por Trump. “La gente está haciendo fila y abordando esto de la misma manera en que abordaron la reconstrucción de Irak”, señala Aram Roston, cuya última investigación para el periódico The Guardian U.S. analiza cómo la empresa que construyó el tristemente célebre centro de detención para inmigrantes de Florida apodado “Alcatraz de los caimanes”, está involucrada en los planes de reconstrucción impulsados por la llamada Junta de Paz creada por Trump.
Roston también habla de su trabajo periodístico sobre la participación de la CIA en los ataques militares estadounidenses contra embarcaciones en el Caribe. “Desempeña un papel clave en la selección de los objetivos que los militares van a destruir”.
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