En otras noticias, el periodista de investigación Murray Waas informa que el presidente Bush recibió personalmente informes de inteligencia antes de la guerra de Irak que generan dudas sobre las razones sostenidas por su gobierno para iniciar la invasión. Un informe entregado en enero de 2003, decía que era muy improbable que Saddam Hussein atacara Estados Unidos, a menos que “las operaciones militares en curso pusieran en riesgo el inminente fin de su régimen”. Otro informe de inteligencia de octubre de 2002 decía que tanto el Departamento de Energía como la oficina de inteligencia del Departamento de Estado habían concluido que los intentos de Saddam Hussein de comprar tubos de aluminio eran “destinados a la fabricación de armas convencionales”. Waas escribió que la revelación es “la primera prueba de que el propio presidente estaba al tanto del debate encarnizado en el gobierno acerca de los tubos de aluminio en el momento en que él, [vicepresidente Dick] Cheney, y otros miembros del gabinete mencionaron los tubos como una prueba clara de un programa nuclear iraquí. Ni el presidente ni el vicepresidente le dijeron a la población acerca de la discrepancia entre los organismos”.
Bush recibió información que desacredita las razones declaradas para la invasión
Titular03 Mar. 2006