Y en Chile, el cantante de protesta Víctor Jara recibió un entierro público, 36 años después de su asesinato. Las fuerzas militares chilenas torturaron y asesinaron a Jara días después del derrocamiento —apoyado por Estados Unidos— del Presidente electo Salvador Allende. A Jara le destrozaron las manos para que no pudiera tocar la guitarra antes de dispararle más de cuarenta veces. El viernes, la viuda del cantante, Joan Jara, lideró un cortejo fúnebre de miles de dolientes.
Joan Jara dijo: “Este extraño funeral de Víctor 36 años después de su muerte es un acto de amor y duelo por todos nuestros muertos. Y sabemos que aquí, entre esta multitud, hay muchísimas familias que sufren el mismo dolor que sufrimos nosotros como familia.
Un ex conscripto del Ejército fue acusado recientemente del asesinato de Jara. Los fiscales chilenos aún están buscando a dos ex oficiales del Ejército que, según se dice, lideraron la tortura y el asesinato del cantante.