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La asamblea legislativa de Nueva York decidirá hoy en una votación sobre una ley que permitiría a los jueces enviar a los autores de delitos relacionados con las drogas a centros de tratamiento para el abuso de estupefacientes en lugar de prisión. La normativa también permitiría que se redujeran o conmutaran las penas de miles de presos encarcelados por delitos no violentos relacionados con las drogas. Esto supone el último paso en una larga campaña para deshacerse de las severas leyes Rockefeller. Dichas leyes imponen sentencias mínimas de larga duración para los que cometan delitos relacionados con las drogas, incluso aquellas personas que no hayan sido encarceladas previamente. Estas leyes han castigado de manera desproporcionada a personas de color, mientras que daban a los fiscales un control de facto sobre la duración de las penas de los presos.