Seis efectivos de la OTAN murieron en Afganistán en el ataque letal más reciente ocurrido durante la ocupación dirigida por Estados Unidos. Cinco de los seis soldados perdieron la vida en un atentado con bomba al borde de una carretera. El atentado se produjo al otro día de que el Ejército estadounidense se hiciera responsable de la muerte de los militantes afganos que habían abatido a un helicóptero de aquel país y causado la muerte de 30 soldados estadounidenses y ocho afganos. En declaraciones realizadas en una base en Kabul, el principal comandante de Estados Unidos en Afganistán, el general John Allen, anunció el ataque.
Allen declaró: “Cerca de la medianoche del 8 de agosto, fuerzas de la coalición dieron muerte a los talibanes insurgentes responsables de este ataque contra el helicóptero, que pudimos determinar fue realizado con lanzagranadas. Esta acción fue la continuación de la misión original para desmantelar la red de los talibanes en la región de Sayedabad, en la provincial de Wardak. Esto no compensa nuestra pérdida, pero debemos continuar, y lo haremos, persiguiendo al enemigo sin darle tregua”.