Una investigación británica determinó que un ciudadano iraquí detenido por fuerzas británicas en el año 2003 murió como resultado de “grave violencia injustificada”. La pesquisa por el asesinato de Baha Mousa establece que el hombre de 26 años de edad fue sometido a tortura y sufrió 93 heridas individuales durante el transcurso de su arresto de dos días de duración en una base militar británica en la ciudad iraquí de Basra, al sur del país. Aunque la investigación involucra específicamente a varios soldados, no contempla la posibilidad de que el abuso sea una práctica sistemática en esa base militar británica. El Jefe del Ejército británico, el general Peter Wall, ofreció disculpas a la familia de Mousa.
Wall dijo: “Lo que sucedió a Baha Mousa y a sus compañeros detenidos en 2003 fue, en palabras de la investigación, serio y vergonzoso. El Ejército se disculpa públicamente ante la familia de Baha Mousa, y ante las víctimas que sobrevivieron a este alarmante episodio. Me gustaría aprovechar la oportunidad para ofrecer nuevamente disculpas hoy, en especial al coronel Mousa, el padre de Baha Mousa, así como también a su familia”.