Al menos 130 inmigrantes africanos murieron después de que el bote en el que viajaban a Europa se prendiera fuego, naufragara y se hundiera cerca de la costa de la isla Lampedusa, en Italia. Se recuperaron más de 100 cuerpos y 150 personas fueron rescatadas. Más de 200 permanecen desaparecidas. Los inmigrantes provenían de Eritrea y Somalia. Un portavoz de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados dijo que el incidente es atroz.
Adrian Edwards dijo: “Queremos enviar nuestro pésame a los familiares y a la gente directamente afectada. Hay que pensar en la tragedia detrás de lo sucedido, y es que todas esas personas probablemente huían de la guerra y de la persecución, de las violaciones de los derechos humanos en sus países. De modo que es una terrible tragedia a muchos niveles”.