La Organización de las Naciones Unidas continúa alertando sobre una creciente crisis humanitaria como resultado de la implacable guerra civil en Siria. El martes, la coordinadora de Asistencia de Emergencia, Valerie Amos, dijo que gran parte del norte controlado por los rebeldes permanece aislado de la asistencia directa que se necesita.
Valerie Amos afirmó: “La situación en Siria está empeorando. La violencia tiene como resultado una destrucción generalizada y causa impactos devastadores en las vidas de mujeres, hombres y niños. Estamos cruzando líneas de conflicto, negociando con grupos armados para asistir a más personas en riesgo, pero no estamos llegando a una cantidad suficiente de personas que necesitan nuestra ayuda”.
La Organización Mundial de la Salud informó recientemente sobre un brote de fiebre tifoidea en un área ocupada por los rebeldes en la provincia de Deir az-Zor, al noreste del país. La OMS afirmó que aproximadamente 2500 personas contrajeron la enfermedad al tener que beber agua de una parte contaminada del río Éufrates. El martes, al menos 31 civiles fueron asesinados en un bombardeo del régimen sirio en la ciudad de Aleppo. Se informa que catorce niños se encuentran entre los fallecidos.
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