Nuevamente aumentan las tensiones entre los gobiernos de Estados Unidos y Afganistán en medio de disputas por el traspaso del poder de la prisión y las denuncias de maltrato a prisioneras por parte de las fuerzas estadounidenses. El domingo, el Presidente afgano Hamid Karzai dijo que Estados Unidos y el Talibán reanudaron las conversaciones de paz en Qatar, tras el rompimiento de las negociaciones el año pasado. Karzai sugirió que ambas partes conspiraron tácitamente para desestabilizar a Afganistán con el objetivo de justificar el conflicto perpetuo y su presencia a largo plazo. Los comentarios de Karzai coincidieron con la visita a Afganistán del Secretario de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hagel, quien negó las afirmaciones del mandatario afgano sobre las negociaciones con el Talibán.
Chuck Hagel declaró: “Le dije al Presidente que no es cierto que Estados Unidos está trabajando unilateralmente con el Talibán ni intenta negociar nada. La realidad es que la posibilidad de un acuerdo de paz o político debe ser encabezado por los afganos”.
Las tensiones aumentaron aún más durante el fin de semana después de que Estados Unidos cancelara los planes de pasarle el control absoluto de la prisión de Bagram a las fuerzas afganas. La cancelación tiene lugar días después de que Karzai criticó a Estados Unidos por demorar el paso del control y prometió liberar a muchos prisioneros cuando asumiera el control de la prisión. Estados Unidos había impedido anteriormente el traspaso del control el año pasado después de que Karzai prometió realizar juicios a prisioneros, y rechazó los pedidos de Estados Unidos de detención por tiempo indeterminado. En su crítica a Estados Unidos el domingo, Karzai también citó el caso de un estudiante universitario afgano que denunció que fue brutalmente golpeado por las fuerzas afganas con apoyo de la CIA. El estudiante, Abdul Qayum, afirma que lo enviaron a una prisión administrada por Estados Unidos y que lo golpearon y lo azotaron con un cable reiteradamente.