El domingo se cumplió el 50º aniversario del atentado con bomba a la Iglesia Bautista de la calle 16 en Birmingham, Alabama, un punto de inflexión en el movimiento de los derechos civiles. El 15 de septiembre de 1963, una explosión de dinamita mató a cuatro niñas en la iglesia: Denise McNair, de once años, y Carole Robertson, Cynthia Wesley y Addie Mae Collins, de catorce. Tres días más tarde, en el funeral de tres de las niñas, el Dr. Martin Luther King, hijo, les rindió homenaje y se refirió a ellas como “mártires y heroínas”.
King dijo en esa oportunidad: “Estas niñas (inocentes y hermosas) fueron víctimas de uno de los crímenes más trágicos y crueles jamás perpetrados contra la humanidad. Y aún así murieron con nobleza. Son mártires y heroínas de una cruzada santa por la libertad y la dignidad humana”.