Texas ejecutó a un ciudadano mexicano a pesar las objeciones manifestadas por el Departamento de Estado, el gobierno mexicano y la Corte Internacional de Justicia. Edgar Arias Tamayo fue procesado por el homicidio de un oficial de policía de Houston tras un robo. Sin embargo, la Corte Internacional de Justicia determinó luego que tenía derecho a que su caso fuera reexaminado, dado que nunca se le informó acerca de su derecho a recibir asistencia diplomática por parte del consulado mexicano. Al ejecutar a Tamayo, Texas ignoró el reclamo del Departamento de Estado de que violaría el derecho internacional. Un portavoz del Departamento de Justicia Penal de Texas anunció la ejecución.
Jason Clark comunicó: “Edgar Tamayo fue ejecutado esta noche por el homicidio del oficial de Policía de Houston Guy Gaddis cometido en enero de 1994. Tamayo sacó un revólver mientras se encontraba en el asiento trasero de una patrulla de policía y efectuó varios disparos, causando así la muerte al oficial Gaddis. Al preguntársele si deseaba pronunciar sus últimas palabras, Tamayo dijo que no. Se declaró su muerte a las 9:32 pm (hora estándar del centro), diecisiete minutos después de comenzar a recibir la inyección letal”.
Tamayo es el tercer ciudadano mexicano ejecutado en Texas cuyo caso formaba parte del fallo de la Corte Internacional de Justicia. Además de impugnar su ejecución por motivos consulares, los abogados de la defensa argumentaron también que no correspondía la aplicación de la pena de muerte por su discapacidad mental.