La capital canadiense de Ottawa entró en alerta el miércoles, luego de que una persona abriera fuego en el Monumento Nacional de Guerra. El hombre armado disparó y mató al cabo Nathan Cirillo, quien custodiaba la tumba del soldado desconocido. Acto seguido ingresó al Parlamento cercano, donde le dispararon letalmente. El hombre fue identificado como Michael Zehaf-Bibeau, un converso al Islam con antecedentes de delitos relacionados a las drogas y robos. El ataque se produjo dos días después de que un hombre identificado como un musulmán converso “radicalizado” embistiera con su coche a dos soldados canadienses, matando a uno de ellos. Los incidentes han provocado temores de represalias por la unión de Canadá a la guerra liderada por Estados Unidos contra los militantes del Estado Islámico militan en Irak y Siria. El Primer Ministro canadiense Stephen Harper se dirigió a la población.
Harper expresó: “Canadá nunca se dejará intimidar. De hecho, esto nos llevará a fortalecer nuestra determinación y redoblar nuestros esfuerzos y los de nuestras agencias de seguridad nacional para tomar todas las medidas necesarias para identificar y contrarrestar las amenazas y mantener a Canadá segura aquí, así como nos llevará a fortalecer nuestra determinación y redoblar nuestros esfuerzos para trabajar con nuestros aliados en todo el mundo y luchar contra las organizaciones terroristas que tratan brutalmente a otros países con la esperanza de conducir su salvajismo a nuestras costas”.