En Bolivia, seis trabajadores del gobierno murieron asfixiados en un barrio de la capital, La Paz, luego de que funcionarios municipales se rehusaran a permitirles abandonar el edificio previo a una manifestación que terminó con el incendio de dicho edificio. Los trabajadores municipales afirman que pidieron autorización para irse antes de que llegara la manifestación, pero que el Director de Recursos Humanos les dijo que debían permanecer en el interior del inmueble. La manifestación tenía como finalidad protestar por las condiciones de las escuelas locales. Los organizadores dicen que el edificio fue incendiado luego de que los manifestantes se dispersaran y que los responsables del hecho eran infiltrados.
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