El Senado de Brasil seguirá adelante con el proceso de juicio político a la presidenta Dilma Rousseff, a pesar de una medida anterior tomada por el presidente interino de la Cámara de Representantes con el objetivo de detener dicho proceso. El presidente anterior de la Cámara de Representantes, Eduardo Cunha, encabezó la iniciativa para destituir a Rousseff hasta que fue destituido, acusado de corrupción. El lunes, su sucesor, Waldir Maranhão, procuró anular la votación de la Cámara Baja a favor del juicio político, alegando la existencia de vicios en el proceso.
Waldir Maranhão expresó: “Soy consciente de que este es un momento delicado. Tenemos la obligación de salvar la democracia por medio del debate. No estamos jugando ni vamos a jugar con la democracia”.
Sin embargo, el presidente de la Cámara de Representantes cambió de opinión de un día para el otro y emitió un comunicado por el que revoca su decisión, sin dar explicaciones. El Senado se prepara para votar el miércoles si someterá o no a Rousseff a juicio político. Si la mayoría se pronuncia en su contra, Rousseff será suspendida. La presidenta ha sido acusada de alterar las cuentas del Gobierno para ocultar déficits presupuestales. Por su parte, ella acusa a sus opositores de derecha de impulsar un golpe de Estado.