El lunes, el primer día de la Convención Nacional Republicana (RNC, por su sigla en inglés) en Cleveland, estuvo marcado por la discordia y por momentos de caos tanto dentro como fuera del centro donde se desarrolla. Horas antes de que Donald Trump llegara a la sala de la convención, los delegados opositores intentaron organizar una rebelión, pidieron una votación nominal para rechazar la nominación de Trump.
Delegados: exclamó: “¡Votación nominal! ¡Votación nominal! ¡Votación nominal!”.
Dane Waters expresó: “Mi nombre es Dane Water. Soy el co-fundador de Delegates Unbound. Esta es una lucha por el corazón y el alma del Partido Republicano, y por el corazón y el alma de este país”.
Dane Waters es cofundadora de Delegates Unbound, un grupo que procuraba cambiar las reglas de nominación del partido para que los delegados pudieran apoyar a candidatos republicanos alternativos a Trump. El lunes de tarde, las fuerzas anti-Trump hicieron temblar su campaña y el liderazgo republicano mediante la recopilación de firmas de la mayoría de los delegados de once estados y territorios, mucho más que las siete jurisdicciones necesarias para forzar una votación por sí o por no, según la normativa de la convención. Pero la campaña de Trump y la dirección del Partido Republicano aplastaron a la facción rebelde al optar por un voto de voz, que rápidamente terminó en una competencia de gritos en la que los partidarios de Trump vencieron a la facción contraria.