Según informes, Paddock rompió ventanas con un martillo y colocó dos rifles de alta potencia con miras telescópicas sobre trípodes con vistas al festival de música country “Route 91 Harvest”, y desde allí disparó contra una multitud de más de 20.000 espectadores. Tenía por lo menos 23 armas de fuego en su habitación de hotel, y posteriormente otras 19 armas fueron halladas en su casa, junto con explosivos y miles de municiones. Paddock no tenía antecedentes penales y pudo comprar su arsenal de forma legal. Los expertos en armas consideran que es posible que haya utilizado un dispositivo de disparo –que se puede comprar en Internet por la módica suma de 40 dólares–, con el que se puede convertir un rifle de asalto semiautomático en una ametralladora automática. En la Casa Blanca, la secretaria de prensa, Sarah Huckabee Sanders, dijo que no era momento de hablar sobre el control de armas.
Sarah Huckabee Sanders declaró: “Hay un momento y un lugar para el debate político, pero ahora es momento de unirnos como país. Hay una investigación abierta en curso por parte de las fuerzas de la ley. El motivo está aún por determinarse, y sería prematuro para nosotros hablar de política cuando no sabemos plenamente todos los hechos ni lo que ocurrió anoche”.
En Twitter, la periodista Naomi Klein respondió: “No hablen de armas tras una masacre, ni del cambio climático después de las tormentas, ni de austeridad cuando los edificios precarios se incendian. Hablen cuando nadie esté escuchando”.
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