En Pakistán, dos atacantes irrumpieron en un servicio de Navidad que se llevaba a cabo en una iglesia en la ciudad de Quetta el domingo pasado, donde mataron a nueve personas e hirieron a otras 50. Los testigos afirman que uno de los atacantes detonó una bomba suicida, mientras que el otro arremetió a disparos contra los fieles antes de que la policía lo matara a tiros. Más tarde, el autoproclamado Estado Islámico (ISIS) se atribuyó la responsabilidad del ataque.
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