En Turquía, cientos de miles de personas se congregaron en Estambul el domingo. Fue el último día de la marcha de 400 kilómetros desde Ankara en protesta contra la brutal represión del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, contra la sociedad civil.
El líder de la oposición, Kemal Kilicdaroglu, declaró: “En este momento vivimos en una dictadura. Quiero que todo el mundo sepa que esto es una dictadura. El gobierno aprovechó el intento de golpe de Estado del 15 de julio [de 2016] para dar su propio golpe de Estado el 20 de julio al declarar el estado de emergencia. Han usurpado el poder del parlamento. A eso le llamamos el golpe de Estado del palacio presidencial del 15 de julio. La implementación del estado de emergencia, que se ha convertido en un golpe de Estado civil, le ha dado el poder ejecutivo, legislativo y judicial a un solo hombre”.
Desde el fallido golpe militar de hace casi un año, el gobierno turco ha encarcelado a 40.000 personas, y 150.000 profesores, jueces y otros trabajadores estatales han sido suspendidos. La manifestación masiva se produjo el mismo día en que el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, elogió al presidente Erdogan y su gobierno en Estambul durante la Conferencia del Congreso Mundial del Petróleo, donde recibía el premio al logro por su trabajo de años como presidente ejecutivo de ExxonMobil.
Rex Tillerson enunció: “Aprovecho este momento para reconocer su valentía y honrar a las víctimas de los sucesos del 15 de julio de 2016. Fue ese día que el pueblo turco ejerció sus derechos bajo la Constitución turca, defendió su lugar en una próspera Turquía. Recordamos a los que fueron heridos o murieron en ese acontecimiento”.