Y en Filipinas, el hijo del presidente Rodrigo Duterte, Paolo, declaró el jueves ante los investigadores del Senado que no tuvo ninguna participación en el esquema para transportar drogas ilegales desde China por un valor de más de 125 millones de dólares.
Paolo Duterte sostuvo: “Mi presencia aquí es para el pueblo de Filipinas y mis conciudadanos davaoeños, a quienes les sirvo. Les pido disculpas, ug pasayloa ko ninyo [perdónenme], pero no puedo responder ante acusaciones basadas en rumores”.
Paolo Duterte y el yerno del presidente Duterte, Manases Carpio, son acusados de haber ayudado a organizar el transporte de metanfetamina cristalizada en mayo. Desde que el presidente Duterte dio inicio a la llamada guerra contra el narcotráfico en Filipinas el año pasado, las fuerzas de seguridad y vigilantes parapoliciales han asesinado a más de 7.000 personas bajo sospecha de ser usuarios y distribuidores de drogas.