En Afganistán, un avión del Ejército afgano bombardeó el lunes una congregación religiosa en la provincia norteña de Kunduz, dejando un saldo de al menos 70 muertos y 30 heridos. Los ataques aéreos se produjeron durante una ceremonia de graduación de estudiantes de una madraza, o escuela religiosa, en la que se habían congregado unas mil personas. Un portavoz del Ministerio de Defensa Afgano defendió el ataque, alegando que en él murieron al menos 21 “terroristas”. No obstante, testigos oculares sostienen que en el ataque sólo murieron civiles. Las siguientes son las palabras de Abdul Fatah, familiar de una de las víctimas del ataque aéreo.
Abdul Fatah expresó: “Todos los que murieron eran niños. Los ataques fueron dirigidos hacia niños y civiles. Ningún talibán murió en el incidente”.