Nueva York se convirtió en la primera gran ciudad estadounidense en combatir las aplicaciones móviles de transporte como Uber y Lyft, empresas que cuentan con el respaldo de Wall Street. El miércoles, el concejo municipal de Nueva York votó mayoritariamente a favor de la suspensión de nuevas licencias para vehículos que presten ese tipo de servicio de transporte y decidió establecer una tarifa salarial mínima para los conductores.
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