El periódico The Washington Post informa que funcionarios de la Casa Blanca presionaron a las autoridades de inmigración para que transportaran a los inmigrantes detenidos en la frontera a las llamadas “ciudades santuario” y luego los liberaran, para castigar de ese modo a los críticos de las políticas de inmigración impuestas por el presidente Donald Trump. El presidente ha criticado durante mucho tiempo las “ciudades santuario”, las cuales han prohibido a la policía local cooperar con las agencias federales de inmigración. El asesor principal de Trump, Stephen Miller, discutió la propuesta con los funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas; sin embargo, según informes, la agencia se opuso a la idea.
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