En otras noticias electorales, el director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos John Ratcliffe acusó a Rusia e Irán de tomar medidas para interferir en las elecciones estadounidenses, declaraciones que brindó en una rueda de prensa vespertina organizada apresuradamente, en la que no se permitieron preguntas. También habló el director del FBI Christopher Wray, a quien el presidente Trump está considerando despedir. Ratcliffe afirmó que Rusia e Irán habían obtenido cierta información del empadronamiento de votantes, información que a menudo está disponible al público.
John Ratcliffe dijo: “Estos datos pueden ser utilizados por actores extranjeros para intentar comunicar información falsa a los votantes inscritos y esperan que esta cause confusión, siembre el caos y socave su confianza en la democracia estadounidense. Con ese fin, ya hemos visto a Irán enviando correos electrónicos falsos diseñados para intimidar a los votantes, incitar el malestar social y perjudicar al presidente Trump”.
Si bien Ratcliffe afirmó que Irán estaba tratando de dañar a Trump, no ofreció detalles que respalden esa afirmación. El único ejemplo que citó aparentemente mostraba intimidación hacia votantes demócratas. Ratcliffe acusó a Irán de enviar correos electrónicos amenazantes falsos a algunos demócratas, los cuales fueron diseñados para parecer enviados por los Proud Boys, un grupo de extrema derecha.
Irán calificó las acusaciones de infundadas y absurdas, y negó estar detrás de esos correos electrónicos. Fuentes del Servicio de Inteligencia señalaron a la agencia de noticias Reuters que aún no está claro quién los envió.
Los demócratas del Comité de Seguridad Nacional cuestionaron las acusaciones. El comité inicialmente tuiteó, “NO escuchen a Ratcliffe. Es un hack partidista”. Posteriormente, el tuit fue eliminado. El comité también tuiteó: “PARA ACLARAR: Estas operaciones de interferencia electoral claramente no pretenden perjudicar al presidente Trump”.