El lunes, el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, hizo un cambio drástico en una política del Departamento de Justicia y anunció que los fiscales federales podrán investigar “acusaciones específicas” de fraude electoral en las elecciones del 3 de noviembre. En respuesta, el director de delitos electorales del Departamento de Justicia, Richard Pilger, dimitió de su cargo a modo de protesta. La exfuncionaria del Departamento de Justicia Vanita Gupta criticó a Barr diciendo que “esto se trata de perturbar, desinformar y sembrar el caos”.
La noticia se produce al tiempo que dirigentes republicanos respaldan la negativa del presidente Trump a reconocer el triunfo de Biden en las elecciones, ya que el mandatario alega, sin presentar ninguna prueba, que los resultados de las elecciones no son válidos debido al fraude electoral. Según la agencia de noticias Associated Press, Biden ya ha obtenido 290 votos del Colegio Electoral y ya casi lleva una ventaja de 5 millones de votos en lo que respecta al voto popular. El lunes, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, defendió la decisión del presidente de no concederle la victoria a Biden.
Líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell: “El presidente Trump está en todo su derecho de investigar las acusaciones de irregularidades y sopesar sus opciones legales”.
La campaña del mandatario estadounidense también continúa entablando numerosas demandas en estados clave a pesar de que no hay ninguna prueba de que se haya cometido fraude electoral. El experto en derecho al voto y escritor Ari Berman escribió en respuesta a la noticia: “No hubo irregularidades. Este es un intento de golpe de Estado y todas las figuras públicas importantes de Estados Unidos deben denunciarlo. Los fiscales estadounidenses deben renunciar en señal de protesta. Están tratando de revocar las elecciones y socavar la voluntad del pueblo”. Visite democracynow.org/es para obtener más información sobre este tema.
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