En el estado de Pensilvania, un trabajador postal se retractó después de afirmar que el director general de Correos de la ciudad de Erie había ordenado a los empleados que modificaran las boletas recibidas después del día de las elecciones para que tuvieran una fecha de envío anterior al 4 de noviembre. Republicanos de alto nivel, como el senador Lindsey Graham, habían afirmado con frecuencia que estas alegaciones servían como prueba de un fraude electoral generalizado.
El miércoles es el Día de los Veteranos en Estados Unidos, y en el estado de Nevada, la campaña de reelección de Trump ha cuestionado la validez de los votos emitidos por más de 3.000 personas que, según afirma, no viven en el estado. Entre los acusados de “fraude electoral delictivo” se encuentran militares del Ejército que están desplegados por todo el país o que votaron por correo a través de oficinas de correo militares ubicadas en el extranjero. El periódico The New York Times se comunicó con funcionarios electorales de decenas de estados, tanto demócratas como republicanos, quienes informaron que no hay pruebas de que se haya cometido fraude electoral ni de la existencia de otras irregularidades.