Más de una semana después de que todas las cadenas principales de televisión pronosticaran que el candidato demócrata Joe Biden había ganado las elecciones presidenciales de Estados Unidos, su equipo todavía no cuenta con el acceso y los fondos clave que suelen recibir los Gobiernos entrantes. El viernes, se pronosticó un ganador en los dos estados donde los resultados eran tan ajustados que aún no se había dado la victoria a nadie: se le concedió a Trump la victoria en Carolina del Norte, mientras que se determinó que Biden había ganado en Georgia, aunque en este momento se está realizando un recuento manual de los votos en ese estado. Biden ha obtenido 306 votos electorales frente a los 232 del presidente Trump, y le lleva una ventaja de más de 5,5 millones en el voto popular. En el año 2016, Trump declaró un triunfo arrollador cuando ganó las elecciones con 306 votos electorales. Sin embargo, el mandatario todavía no ha reconocido los resultados de estas elecciones, lo que retrasa la transición para el equipo de Biden y alimenta aún más las tensiones de los grupos partidarios de Trump, que creen en sus mentiras de que las elecciones fueron amañadas en su contra. El domingo por la mañana, Trump pareció reconocer la victoria de Biden en un tuit en el que podía leerse: “[Biden] Ganó porque las elecciones estaban amañadas”, aunque rápidamente se echó atrás menos de dos horas después con otra publicación en la que declaraba: “¡No concedo NADA!”.
Las numerosas batallas legales impulsadas por Trump para cambiar el resultado de las elecciones siguen fracasando. El viernes, un juez se negó a detener la certificación de los resultados electorales en la ciudad de Detroit, en el estado de Michigan. A su vez, la secretaria de Estado de Pensilvania alegó que no ordenará que se vuelvan a contar los votos en el estado, ya que la ventaja que lleva Biden allí es demasiado amplia para poner en duda los resultados. El domingo, la campaña de Trump retiró varias partes importantes de su demanda judicial en el estado de Pensilvania. Varios bufetes de abogados que representan la campaña de Trump se han retirado de las demandas o han dicho que no participarán en más litigios.
Asimismo, mientras que el destino del Senado depende de las dos contiendas de segunda vuelta que se llevarán a cabo en enero en el estado de Georgia, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, está ejerciendo presión para llenar los tribunales con más jueces de derecha antes de que Trump deje la presidencia. En la actualidad, hay 12 nominaciones judiciales a la espera de una votación del Senado y 23 tienen audiencias pendientes frente al Comité Judicial.